viernes, 12 de diciembre de 2008

La cultura como símbolo de hegemonía

Retomando los análisis sobre la cultura, dejo un texto que escribí recientemente...

La alienación cultural en el capitalismo

Francisco Escobar, 2008


Vivimos en una sociedad donde los diferentes ámbitos de la vida son inundados por el paradigma del capitalismo, nada se escapa a su acción dominante. En este sentido, es necesario un acercamiento a la influencia cultural que el sistema ejerce basado en la propiedad privada, la acumulación de capital y la explotación del proletariado. Según Gramsci[1], en palabras simples, la cultura es la totalidad de las ideas, tradiciones y creencias que constituyen el marco ideológico de una sociedad (Caponi, O. sin año), de esta forma y tomando como argumento esta conceptualización, afirmo que el capitalismo ha creado un verdadero marco cultural, con el cual ha logrado crear una hegemonía a niveles mundiales. En este caso, es la clase burguesa y capitalista la que ha logrado esta hegemonía entendida como –siguiendo a Gramsci- la equivalencia a la cultura de un grupo social, generalizada a los otros segmentos de la sociedad, incluyendo además la distribución del poder.

El despliegue de las ideas específicamente burguesas, tiene a la sociedad sumergida en la cultura del dinero y del consumismo, pues el dinero es uno de los elementos claves de la sociedad contemporánea y por lo tanto se ha desarrollado en torno a él una mitología importante (Castaingts, J. 1997). Las costumbres y tradiciones se han visto desmanteladas por el lucro y la afición al dinero; sin duda, lo que hoy prima es una cultura que privilegia el tener sobre el ser, incluso las zonas rurales ven el declive de una cultura campesina tradicional, reemplazada por la modernización y la occidentalización de las comunidades. En la misma línea, esta cultura se manifiesta en el individualismo, ya que es el individuo quien tributa, consume, ahorra, es contratado para trabajar […] en el mercado económico del “mundo” capitalista toda la trama de elementos adquiere sentido desde la construcción cultural mantenida y fortalecida de la individualidad (Lopez, J. 1993). Con los nuevos mecanismos que fomentan la cultura de la incomunicación, estamos en presencia en una nueva forma de alienación del ser humano.


Las características enunciadas sobre la relación entre el capitalismo y la cultura, son producidas desde las más altas cúspides burguesas quienes dictan los parámetros culturales de homogeneización para la sociedad, y sin duda estas modalidades de producción cultural basadas en las nuevas tecnologías son manejadas por grandes consorcios y transnacionales privadas que actúan según la lógica del beneficio a corto plazo y del control de las demandas de la población consumidora (Según Tedesco, J. 2003), entre los elementos fundamentales que transmiten y recrean la cultura, es menester mencionar a la familia, la escuela y los medios de comunicación de masas que promueven las modas y la uniformidad de los modos de vida. El capitalismo necesita convertirse en un paradigma civilizador cimentado en un pensamiento único, para tener así, un mejor desempeño en el sector político y por sobre todo en el económico, desviando a su vez la atención sobre las contradicciones del sistema o la oposición de algunas clases (por ejemplo: el proletariado). En estricto rigor, la familia, asociación clave dentro de los procesos económicos ha sufrido una crisis de la función de transmisión inter-generacional asociada a una de las características más importante del contexto cultural del nuevo capitalismo: la concentración en el presente. Las transformaciones son tan profundas, que se viven como una ruptura con el pasado. Se diluye la idea de continuidad histórica y todo aparece como nuevo y fundacional (Tedesco, J. 2003), es decir, la cultura como una interacción cronológica se pierde en la volatilidad del hoy, sin ningún arraigo en la tradición. Asimismo, la escuela, el liceo y las universidades educan en función del mercado, pues aparte de la diferenciación de los establecimientos (municipales, particulares subvencionados y particulares pagados) que refleja la segmentación social producida por el capitalismo (Según Martínez, P. 2007), la enseñanza en sí –y en consecuencia la cultura- se orienta a programas curriculares basados en una cultura única con escasos espacios multiculturales, y donde lo importante es formar personas competentes que en su futuro puedan reproducir y recrear el sistema capitalista. En otro aspecto, una de las formas que más peso ha adquirido en la relación del capitalismo y la cultura, son los medios de comunicación de masas y sus diferentes implicancias. La sociedad completa se deja llevar por la televisión, la Internet, la prensa más fuerte como diarios, revistas, etc. así los medios de comunicación surgen de la necesidad del capitalismo por crear nuevos mercados. Las invenciones técnicas son aplicadas a los medios de comunicación con el propósito de industrializarlos para obtener ganancias. En síntesis, los medios de comunicación nos dice lo que una persona bien informada, culta, sofisticada e ilustrada debe pensar (Novak, M. sin año). Uno de los efectos culturales propiciados por el capitalismo a través de estos medios es la moda, entendida como la técnica para uniformar a niños, jóvenes, adultos, sociedades y culturas, convirtiéndolos en elementos consumidores e integradores del sistema. Por consiguiente la Moda es en esencia un medio del Capitalismo, un canal para amasar fortunas, pero es también- y mucho más peligroso para el mundo- uno de los elementos claves que utiliza el perverso capital para la destrucción de la cultura e idiosincracia de los pueblos, es un modo de irrumpir en las naciones, de colonizar por medio de la transculturización, es en fin, un método por excelencia para la alienación (González, J. 2006).


El capitalismo, aparejado con la cultura occidental, fundado en la supremacía de la cultura del dinero han sido concebidos como lo verdadero, lo real y lo correcto, destruyendo las riquezas culturales y las tradiciones particulares de cada pueblo que habita la Tierra, ha comenzado por el lenguaje, los bienes materiales y las imágenes convirtiéndola en la forma final de la reificación de la mercancía (Jameson, F. 2005), de este modo la importancia de la cultura y el retorno actual de la etnicidad, se explican como última barricada de los pueblos para defenderse de la agresión neoliberal (Royo, S. 2005). Finalmente, decir que las clases explotadas y trabajadoras igualmente construyen su cultura, y esta nueva cultura, por esencia, no será aristocrática, no será reservada a una minoría privilegiada, sino que será una cultura de masa, universal, popular (Según Trotsky, L. 1924)


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