Los años posteriores a la Revolución Cubana (1959), dan al continente la oportunidad al resto de los países de alzar las demandas sociales que sufrían la gran mayoría de los latinoamericanos a raíz del sistema capitalista. En este contexto surge la Teología de la Liberación, llámese reflexión, tesis, movimiento, etc., impulsada por teólogos y filósofos como el brasileño Leonardo Boff (1938), el peruano Gustavo Gutiérrez (1928) o el suizo Hans Kung (1928). En esencia, la Teología de la Liberación se manifiesta como una práctica que mezcla el cristianismo y las amplias ideas marxistas. Se plantea que la liberación o salvación de las personas no sólo es en el sentido cristiano, sino que también en un sentido político, económico y social. Si bien el Marxismo sostiene un carácter ateo fundamentado en su materialismo dialéctico -pues según esto, no existe nada eterno, todo esta en permanente cambio y dinamismo- , los principales referentes de este movimiento cristiano parten de una base netamente bíblica-evangélica, utilizando al Marxismo como un método y una visión crítica del mundo que permite clarificar la opresión que el capitalismo hace en desmedro de las masas populares, los trabajadores y la gente pobre, más que utilizar la ortodoxia de esta ideología.
El hecho de la explotación de las masas populares saltaba a la vista en los cinturones de miseria urbanos, en los campesinos a los que merodeaba continuamente la miseria. Estas experiencia y los estudios sociales sobre el por qué de esta situación de dependencia se difundieron y sacudieron la conciencia cristiana de muchos buenos pastores. Una nueva conciencia eclesial empezó a tomar forma a partir del modo nuevo de vivir la fe de aquellos que estaban comprometidos con los pobres y su liberación
(R. Muñoz, Nueva conciencia de la Iglesia en América latina, Salamanca, 1974.)
En términos reducidos, históricamente la Teología de la Liberación nace en la década de los 60' a partir del Concilio Vaticano II, callada posteriormente por el entonces cardenal Ratzinger (hoy papa) que da cuenta como la Iglesia Católica funciona a favor de intereses propios y bajo un sistema de censura que niega cualquier cosa que la desprestigie. Sin emabrgo es impulsada por el ya fallecido papa Juan Pablo II quien dijo que es "conveniente y necesaria". En la actualidad, es reprimida y tratada de inoperante o fuera de contexto, debido a los cambios sociales que experimentó el continente.
Entre los principios más sólidos que la Teología de la Liberación sostiene, es la condición de la pobreza o ser pobre, pues la Iglesia Católica tiene como fundamentos el amor al prójimo y la salvación de los pobres. Pero es en este sentido que el movimiento cristiano profesa un cambio estructural de la sociedad, rechazando en parte el patriarcalismo o el asistencialismo, para aspirar al socialismo.
Como dato acorde a nuestro país, ciertos análisis hablan de que el Sacerdote Alberto hurtado quien se desenvolviera en la primera mitad del siglo pasado, se anticipó a la Teología, ya sea por su acción eclesiástica mayoritariamente social, como por los principios genéricos que profesaba respecto de la Iglesia de los pobres.
Con esto vemos, la utilidad y la vigencia de los estudios marxistas y las posibilidades que abren a la construcción de un mundo más justo, equitativo e igualitario. Uniendo los criterios reflexivos y críticos sin necesidad inmediata de cuestionar los cimientos dogmáticos que presentan ambas corrientes de pensamiento.
Pero como siempre, estas reducidas palabras son un un estímulo para que investiguemos y edifiquemos nuestro propio conocimiento sobre la Teología de la Liberación.
El hecho de la explotación de las masas populares saltaba a la vista en los cinturones de miseria urbanos, en los campesinos a los que merodeaba continuamente la miseria. Estas experiencia y los estudios sociales sobre el por qué de esta situación de dependencia se difundieron y sacudieron la conciencia cristiana de muchos buenos pastores. Una nueva conciencia eclesial empezó a tomar forma a partir del modo nuevo de vivir la fe de aquellos que estaban comprometidos con los pobres y su liberación
(R. Muñoz, Nueva conciencia de la Iglesia en América latina, Salamanca, 1974.)
En términos reducidos, históricamente la Teología de la Liberación nace en la década de los 60' a partir del Concilio Vaticano II, callada posteriormente por el entonces cardenal Ratzinger (hoy papa) que da cuenta como la Iglesia Católica funciona a favor de intereses propios y bajo un sistema de censura que niega cualquier cosa que la desprestigie. Sin emabrgo es impulsada por el ya fallecido papa Juan Pablo II quien dijo que es "conveniente y necesaria". En la actualidad, es reprimida y tratada de inoperante o fuera de contexto, debido a los cambios sociales que experimentó el continente.
Entre los principios más sólidos que la Teología de la Liberación sostiene, es la condición de la pobreza o ser pobre, pues la Iglesia Católica tiene como fundamentos el amor al prójimo y la salvación de los pobres. Pero es en este sentido que el movimiento cristiano profesa un cambio estructural de la sociedad, rechazando en parte el patriarcalismo o el asistencialismo, para aspirar al socialismo.
Como dato acorde a nuestro país, ciertos análisis hablan de que el Sacerdote Alberto hurtado quien se desenvolviera en la primera mitad del siglo pasado, se anticipó a la Teología, ya sea por su acción eclesiástica mayoritariamente social, como por los principios genéricos que profesaba respecto de la Iglesia de los pobres.
Con esto vemos, la utilidad y la vigencia de los estudios marxistas y las posibilidades que abren a la construcción de un mundo más justo, equitativo e igualitario. Uniendo los criterios reflexivos y críticos sin necesidad inmediata de cuestionar los cimientos dogmáticos que presentan ambas corrientes de pensamiento.
Pero como siempre, estas reducidas palabras son un un estímulo para que investiguemos y edifiquemos nuestro propio conocimiento sobre la Teología de la Liberación.
Saludos Fraternos
Skatito