martes, 15 de diciembre de 2009

Dentro de la Democracia Liberal. Parte 2: Chile, hoy

Si todos estuvieran inscritos en los registros electorales y votaran nulo pondrían en peligro el sistema democrático liberal.

Si continúa creciendo la masa de electores no inscritos se da muestra de la oposición a la democracia liberal.

Ambas ideas constituyen una situación de resistencia ante el paradigma liberal, es mínimo pero resistencia y rechazo al fin. Actualmente, Chile, se encuentra en un decisivo momento donde las elecciones exponen a un político de derecha entre el más probable candidato a la presidencia. El último ejecutivo de derecha elegido “democráticamente” en Chile fue Jorge Alessandri en los años 60’ y gobernó como en casi toda la Historia, con un apoyo firme de la burguesía.

Hoy, se define el proyecto que asumirá Chile durante los siguientes cuatro años ¿Qué representan para la sociedad? Simplemente lo que se ha venido haciendo siempre (con excepción de algunos pasajes 70-73’) Luego de que la Concertación triunfara ante la dictadura de Pinochet, no ha habido transformaciones visibles, Pinochet no fue derrotado, el sistema que por fuerza impuso es una victoria latente en el país y en el mundo. Hoy, neoliberalismo es más bien el ideal de cualquier Estado democrático, es por lo tanto el ideal de la Concertación, de la Alianza por Chile, la de los independientes, y hasta el del Partido Comunista.

Muchos se preguntan por el destino de Chile si es que asume Piñera, la respuesta no es tan difícil si pensamos en lo que haría MEO o el propio Frei, o si vemos lo ocurrido con la izquierda tradicional. Con las dos décadas que tiene la concertación en el Estado se han consolidado las pautas de Pinochet y se ha entablado el neoliberalismo bajo un discurso de “Social de Mercado” ese que tanto remarcó Alwyn, que exacerbaría Frei o Lagos y que esconde tímidamente Bachelet. Con Piñera, no será distinto, la sociedad y sus clases se tendrán que asociar más a la retórica liberal, enfrentar la dureza y ambición del neoliberalismo, la determinación del mercado y la ley de oferta-demanda. Chile planteará su mayor acercamiento a las estructuras del capitalismo con un gobierno de Derecha plena, que vende gloria con consignas y programas populares falsos. Por otra parte el PC terminó por robustecer su posición eurocomunista y distanciarse de la izquierda. El pacto con la concertación es una prueba fiel de sus prioridades: participación plena en la democracia liberal. Finalmente MEO, que se burla de la vieja clase política a la que igualmente pertenece, es un ejemplo de cómo hay otras caretas de la senda neoliberal.

Desde principios del siglo XIX, que las candidaturas centran su discurso en los más desposeídos, en la clase media o en el “mundo popular”, refiriéndose a dimensiones ajenas a las de la elite, demostrando que no se quiere transformar nada. Chile es pionero neoliberal en Latinoamérica, es de los primeros quince en el mundo, todo esto logrado desde Pinochet hasta Bachelet, imaginen con Piñera.

Téngase claro, Piñera es de Derecha, la que nació con la burguesía, la que se reforzó con el comercio, la que en Chile acompañó la ambición de la Iglesia Católica, gobernó a los sectores subalternos, obedeció a la elite y se hizo millonaria con Pinochet. Es de la Derecha que reprimió y echó abajo al único proyecto verdaderamente popular en Chile. Es la idéntica derecha que seguirá enriqueciendo a los mismos de siempre, la que irá quitando progresivamente los derechos del pueblo. Es la Derecha que domina y se ríe del pobre y del trabajador. No importa que sus palabras sean en honor a las clases populares, es y será siempre la clase capitalista al servicio de sus propios intereses y no de otros.

Todos son parte de una sola clase política, a esa que se ha llamado “sagrada familia” bendita por la acumulación y el movimiento del capital.

Dentro de la Democracia Liberal. Parte 1


Se concibe como comúnmente entre las personas, lo importante que es participar en las elecciones y hacer valer la opinión. Sin embargo, pocas veces discutimos sobre la validez que tiene marcar un papel con una línea, o el origen que tiene este sistema de participación. Para la gran mayoría, la democracia es el mejor sistema de gobierno, pues ofrece una integración de todas las personas a la vida política. No obstante, no se cuestiona la real impronta de igualdad.
Lo que tenemos hoy es el resultado de fuertes batallas y revoluciones de la burguesía en contra del Antiguo Régimen, ese que era dominado por reyes, clanes y dinastías todopoderosas. La democracia que vosotros conocéis tiene un arraigo firmemente unido al tronco de las disposiciones burguesas que comienzan a solidificarse con la revolución francesa a fines del siglo XVIII. La participación que se promueve, no es otra que la que promovían los líderes burgueses varios siglos atrás, es una prédica que viene del paradigma de la burguesía: el omnímodo liberalismo. Así es, la democracia liberal o burguesa es la que nos llama a ejercer la participación mediante votos representativos o “populares” para conformar los actores del Estado, otro de los triunfos liberales. La división de poderes en legislativo, ejecutivo y judicial; la convocación de elecciones para elegir al presidente y los miembros del Congreso, el guiar al Estado mediante una constitución, la idea de igualdad, etc. etc., son mociones tan añejas como la burguesía. Elementos presentes e imprescindibles en la Historia de Chile y Mundial. Incluso, encontramos experiencias socialistas bajo preceptos liberales.
Pues bien, la inscripción electoral y el voto, ya se ha enraizado en las mentes de la gran mayoría de la población. Aunque también ha tomado la significancia de voto inútil. La Historia reciente, da muestras de cómo los políticos mantienen lazos irrompibles basados en la idea de mantener el status quo. Son los mismos de siempre, los hijos distinguidos de la elite que tiene una larga trascendencia en todos los territorios, por supuesto Chile no es ninguna excepción, es un claro ejemplo. Son círculos familiarizados consanguíneamente por su tradición política que buscan la permanencia de lo acostumbrado. El mayor patrón de esto es el liberalismo y todo lo que implica, solo saquen cuenta.
Es la democracia liberal lo que ha dominado nuestra civilización, es eso lo que conocemos, es aquella la dueña del comportamiento político de las personas, de las sociedades y de las clases. Felices aquellos profetas del liberalismo, felices los promotores del neoliberalismo, felices sus ejecutores y felices los burgueses que triunfan sobre las masas pobres, trabajadoras y proletarias. La validez de marcar un papel para elegir un presidente o un senador es un acto viejo y que de poco ha servido a las clases bajas. El liberalismo, su democracia, sus precursores y descendencia son la esencia del manejo social actual, son los que ofrecen bienestar y equidad y no cumplen, son los que han pervivido en lo más alto de la Historia del Hombre en los últimos 500 años. ¿Crees en la democracia liberal?

sábado, 19 de septiembre de 2009

¿Conflicto Mapuche?


Hoy, luego de más de cinco siglos en que se comprobaba que el planeta Tierra era redondo – entre otras cosas- el Mapuche sigue resistiendo ante las amenazas de la modernidad, ante la fuerza del capital y ante el terror violento de manos de los intereses del Estado nacional chileno. Sin ahondar en fechas, 1492, marca también la sangrienta batalla de la defensa cultural. En Chile, el tema es una llama de fuego que aún no se apaga, al contrario de lo que pasó - por ejemplo - con los Incas o Aztecas o los propios pueblos interinos del territorio (atacameños, alacalufes, etc.). El “indio” como es llamado por la historiografía hispana, murió en la conquista, fue humillado en la colonia, luego fue enaltecido a comienzos del periodo republicano, y hoy, es nuevamente objeto de conquista y violencia. Él y su tierra.


La administración del Estado de Chile, los medios de comunicación y la opinión general, se refieren constantemente a un “conflicto mapuche”, entendiéndose esto como un enfrentamiento de ideas y armas, entre unos y otros, entre el originario Pueblo Mapuche y la expresión estatal chilena, respectivamente. A grandes rasgos, unos buscan la recuperación de sus antiquísimos territorios y una completa reivindicación; otros protegen la propiedad privada usurpada (a los pueblos originarios) a mediados del siglo antepasado (XIX), agregando a ello, solucionar el llamado y reiterado “conflicto mapuche”.


Ante esto ¿De quién es el conflicto? En la actualidad del 2009, el Mapuche sigue ofreciendo el pecho, por sus valores e ideosincracia de aquel ingrato siglo XV. El Pueblo Mapuche le muestra los dientes a las fuerzas policiales dirigidas por el Estado nación, entierra a los weichafe y surge de entre las comunidades en una justa reivindicación. La pregunta surge nuevamente ¿es acaso un conflicto de los Mapuche?. En Chile, a finales de la década de 1850 se produce una crisis económica generada por el salitre. En ese entonces las relaciones entre huincas y mapuche eran mediante parlamentos, relaciones rotas por la determinación económica del Estado de avanzar hacia el sur y así solucionar SUS problemas monetarios. Sin embargo, este avance, a pesar de ser planteado como integración, dejó consecuencias garrafales para Chile y para la zona (La Frontera). Consecuencias que se aprecian en la prensa, en las muertes, en las marchas, en los enfrentamientos, en la generación de opiniones, en el poco crecimiento de la región de la Araucanía, etc.

La elite dirigente de ese entonces, en los albores del Estado, necesitaba intrínseca y extrínsecamente la integración de la Frontera, pues era esencial tanto para apalear las dificultades económicas, como para ir consolidando la idea de Nación bajo una identidad común. No obstante, la unidad planteada por la aristocracia chilena, no imaginó y no midió lo que podría suceder en esta acción de ocupación de la Araucanía. Así, cuando en 1857 se da inicio a este proceso nunca se pensó en las fragmentaciones culturales e identitaria que en este lugar se presentaban. Como lo plantea J. Pinto, nunca fraguó la convivencia de mapuche, colonos extranjeros ni chilenos:”…uno de los grandes fracasos del Estado fue no haber sido capaz de configurar en la región una identidad colectiva que empujara el carro del desarrollo, respetando una diversidad que no se quiso ver cuando se inició la ocupación (…) la ausencia de un sentido de pertenencia común y de aspiraciones colectivas que se sobrepusieran a las demandas sectoriales, se convirtió en una debilidad que la región no ha podido superar.


Ya en 1859 el diario “El Mercurio” de Valparaíso decía que: los hombres no nacieron para vivir inútilmente y como los animales selváticos…y una asociación de bárbaros tan bárbaros como los araucanos no es más que una horda de fieras, que es urgente encadenar o destruir en el interés de la humanidad y en bien de la civilización.

Era tan distinta la visión del colono que fue empujado al sur por el propio Estado, con la visión del Mapuche originario defensor de su ancestralidad, y con la mirada unificadora y violenta del Chileno, que no se ha podido conjugar una identidad convergente. Por supuesto que esta identidad es una tarea que no se logrará fácilmente. El Mapuche defiende sus costumbres, sus tradiciones, su misticismo, su sencillez, su autosuficiencia, y por sobre todo sus tierras. Está demás decir, que el Mapuche siempre ha existido, el chileno es una creación de la ambición del desarrollo y de la esfera económica.

Lamentable.


Para terminar, ¿De quién es el conflicto? Así es señores, el conflicto no es del Mapuche. El Conflicto es del Estado, manejado por la omnipotente elite, esa burguesía que domina desde hace más de cinco siglos

Celebrando nada


Habitualmente se nos enseña el proceso de Independencia de Chile como una parte de la historia chilena dividida en una Patria Vieja, Reconquista española y la Patria Nueva. Es un periodo que avanza desde la primera Junta Nacional de Gobierno en 1810 hasta la declaración de independencia en 1818. La pregunta de cual es el hito de emancipación chilena es una polémica aparte, lo importante es saber que celebramos cuando observamos los espacios públicos y privados con banderas y adornos “chilenos”.

Pues bien, la masiva propaganda de un Bicentenario, las docenas de empanadas en las casas del populacho, el vino y la chicha en las “ramadas”, los desfiles en la calle central, y la de los militares en la capital, los bailes folclóricos y otros no tantos, van haciendo difuso y complejo el panorama de la mayoría de los chilenos. ¿Qué celebramos?
El consenso de historiadores chilenos, desde los que escriben en perspectiva económica, social o los mismos conservadores, hablan de una Junta Nacional de gobierno sin ninguna intención de separarse de España. ¡Pero atención! El jolgorio, la juerga, los volantines, los asados, la chusma ebria y el blanco-azul-rojo son parte de un proyecto político- cultural de la decimonónica elite chilena, aquella compuesta por los de Toro y Zambrano, los O`Higgins, los Carrera, los Portales, los Edwards, los Alessandri, los Frei, entre muchos otros. Este grupo aristócrata aburguesado, es el responsable de que nos hagamos llamar chilenos y de que bebamos hasta más no poder.
Hablamos entonces de la identidad del chileno, de su comida típica, de su baile nacional, de su linda bandera, etc., etc. Estos logros fueron una de las tareas más arduas de la élite criolla luego de establecer el Estado chileno, estamos en presencia de la Nación. En un principio fue la Nación Política, luego la Nación cultural, que se construyó desde la perspectiva simbólica, ritual e identitaria, lo que permitió compatibilizar los elementos objetivos (vividos) con los subjetivos (imaginados) de modo de crear una conciencia nacional sólida.

Aquello es lo que tenemos hoy. Un bombardeo incesante de un Bicentenario próximo, el aniversario en el que la élite santiaguina compuesta por comerciantes, mineros y agricultores, saboreaba sus primeros pasos ejerciendo el poder. Si quieren o no, aún podemos seguir hablando de un centralismo nacional, hasta se dice que aquel episodio consistió en un golpe de Santiago a las regiones. En fin, lo que sucedió finalmente, fue que España dejó de ser la cabeza de la política chilena y definitivamente fueron los “habitantes nacionales” los dueños de sus decisiones en todos los planos de la vida. Es decir, nos convertimos en Independientes (formalmente en 1818).
Pero cuál es el grado de independencia de Chile. Desde 1818 continuamos copiando modelos constitucionales, seguimos dependiendo de la exportación de materias primas, necesitamos de intelectuales extranjeros, etc., etc. Las crisis globales siguen afectándonos, dependemos de decisiones extranjeras en cuanto a la política mundial. Se podría seguir.
Recabarren pregunta en el primer centenario (1910) cuál es el motivo por lo que los obreros deben celebrar, respondiendo que no hay ninguna razón. ¿Es posible este cuestionamiento hoy? Pues claro. Admitir que los avances son significativos en economía, en lo cultural, en la “democracia”, no significa no deplorar las pésimas condiciones laborales de la masa asalariada, las agresiones de las fuerzas policiales, la mala distribución de las riquezas, el aumento de la extrema pobreza, las malas condiciones de vivienda, las muertes por un sistema de salud horroroso, la explotación de las clases bajas, el sueldo mínimo.

Entonces pues, que siga celebrando la sagrada familia política chilena, que se regocije en el éxito de su proyecto nacional que a costa de violencia y autoritarismos han logrado mantener. Que sigan felices por los índices macroeconómicos de Chile, por ser un país neoliberal, por un Bicentenario de independencia. Pero la gente común y corriente, mi vecina sin casa, mi padre obrero, mi hermana cesante, mi abuelo alcohólico, mi primo ladrón, el vagabundo de la calle, el campesino pobre, el mapuche valiente no tienen nada que celebrar.
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Una vez más, ¿Fiestas Patrias de qué? ¿Bicentenario de qué? ¿Independencia de qué?

Los años pasan, la memoria permanece


Aquel 11 de Septiembre de 1973, no solo se derrumbaba la vía chilena al Socialismo, no solo moría el presidente Allende, no solo se destruía la Moneda, no solo se iniciaban las torturas y la transgresión a los derechos humanos en Chile, y no solo era el triunfo del neoliberalismo . Aquel fatídico día (para algunos, feliz para muchos más) representaba para la historia del país el recambio superficial del sistema económico. Es superficial, porque es el Capitalismo lo que regía y sigue regulando las relaciones de producción en la sociedad mundial.


Antes de la década de los 70’ y remontándose a finales del siglo XIX, en Chile se veían los primeros indicios de un desarrollo económico interno, se dejaban notar pizcas de independencia económica que aumentaron con la crisis económica del 29’. En los 40’ se va consolidando el modelo industrializador basado en una producción nacional y con un notable decrecimiento de la influencia extranjera. El Estado al mando de los radicales y la CORFO conducían a Chile hacia una política de bienestar, donde el Estado asumía cualidades y responsabilidades que sorprendían: Educación, alimentación, vivienda, salud, seguridad, etc., etc. Pero, el contexto mundial no acompañaría siempre. A medida que se reestablecía la economía mundial, Chile y otros, se condenaban a sucesos bruscos y de transformaciones complejas.

Ese día en que la muchedumbre aclamaba a Allende y al Socialismo, el Estado iniciaba su propio proceso de conversión. El escenario extranjero, el dominio brutal de la burguesía y el afán capitalista se adueñaban de las opciones populares y las devolvían a las añejas estructuras del liberalismo.


Pues bien, poco tiempo estuvo Allende en el ejecutivo, y la historia es bien conocida. Llegó un señor traidor y golpista que guió el proceso del neoliberalismo en Chile. Él y sus amigos del país del Norte estaban seguros (como en muchos otros casos latinos) que solo había una opción: Dictadura (o salvación nacional).

Sin seguir a fondo en una lectura histórica, es importante reconocer en Allende el ideal del pueblo, y digo pueblo como categoría de izquierda. Los setentas constituyen para Chile, la primera opción realizable de un proyecto popular, donde las mayorías si eran partícipes y gestores de su futuro. Es el punto en la historia chilena, donde las centenarias elites dominantes veían truncada su hegemonía. Sus privilegios eran amenazados por grandes cantidades de chusma.

Polémicas y debates pueden surgir por montones sobre esta fecha, sobre las decisiones del presidente, sobre la vía pacífica al socialismo. Sin embargo no hay diferencias cuando se piensa en Allende como un luchador social en el bando de las mayorías, de los trabajadores, de los campesinos, de los desempleados, de los niños pobres, del proletariado en general. Aquel presidente sabía que el 11 de septiembre acontecía la lucha de clases. La Burguesía dirigía a los militares hacia la restauración del poder perdido por un par de años; mientras tanto Allende, representante democrático y socialista de los ideales del pueblo moría fiel a sus electores populares y a sus principios constitucionales.

No debe haber desmemoria en Chile. La igualdad, la equidad y la fraternidad son valores alcanzables. La memoria debe estar viva, lo que debe morir es la injusticia y el egoísmo burgués. Con la muerte de Pinochet solo muere una imagen que se lleva parte del recuerdo de uno de los periodos más crudos y sangrientos de la Historia Latinoamericana.


Lo que tenemos hoy, no es más que los resultados de lo que hizo el despreciable militar: una familia política preocupada de sus privilegios y mantener a las mayorías en condiciones denigrantes.


¿Algo ha cambiado?... La Historia los juzgará

miércoles, 19 de agosto de 2009

La Sagrada Familia

La función ha comenzado! todo está preparado, proximamente veremos como las calles y la televisión maniefiesta la banalidad de nuestra democracia liberal. Cada cierto tiempo el populacho tiene la oportunidad de botar a blanco y negro, sin ninguna diversidad. Pero finalmente la alegría inunda los bolsillos y los ideales ilustrados de las grandes familias, de esas sagradas confraternidades que viven en las alturas sociales donde ningún miembro de la muchedumbre puede entrar.

En Chile como en gran parte del mundo, las elecciones democráticas presidenciales son la expresión más fuerte de nuestro sistema social y político que viene arrastrando y consolidando -en su gran mayoría- a las elites sociales, cerrados y privilegiados grupos, poseedores de las más altas rentas económicas, dueñas de la cultura y la educación, administradoras de los estados nacionales y empresarios de las actividades económicas globales. Sin duda, representan a las sagradas familias que solo bajan del paraíso para solicitar votos que expresen la adhesión de las clases postergadas y con ello legitimar legal y constitucionalmente su posición política y económica. La sagrada familia de la que hablo, no es otra cosa que la buerguesía dirigente de todos los estados nacionales, que gobierna casi por inercia, que crea lazos políticos endogámicamente con el fin de mantener el orden tradicional entre las clases dominantes y las clases subalternas, el proletariado y demases asalariados, delicuentes, ancianos, indigentes, etc, etc. Por ello, la derecha se casa con la supuesta "izquierda", luego se divorcia y contrae vínculos con el centro, pero en realidad el centro ama infinitamente a la "izquierda". De esta forma cualquier elección representativa tiene un solo denominador. Denominador que en América Latina se extiende desde los primeros encuentros de los colonizadores españoles con los pueblos indígenas originarios, denominador que se ha alzado desde el siglo XVI, que se consolidó en el XIX y que muestra su cara de ternura en el XXI.

Sin embargo, los ataques frontales que nos llegan nos dicen que SI tenemos poder para elegir lo que queremos para nuestro país, que no se obtiene nada "pataleando" si no se está inscrito en los manoseados registros electorales.

Si nos acercamos someramente a Chile, ¿que representa Piñera, Frei u otro personajillo de la televisión? Claro está, no son más que los hijos distinguidos de la elite, individuos que lo han tenido todo, burgueses egoístas, patrones de toda la masa de trabajadores, miembros de la alta sociedad que reparten felicidad e igualdad a diestra y siniestra a los sectores pobres y postergados de la sociedad. Una vez elegidos, ¿se comprometerán con aquellos ideales? ¿permitirán al anciano desamparado, a la mujer viuda, al joven discapacitado, al sacrificado obrero ser parte de su propio futuro? La respuesta es suya, esto es solo una reflexión.

Entonces pues, ¡ qué comience el espectáculo! Que haga su entrada triunfal la familia política, el grupo familiar que es bendito por el capitalismo y que cubre con su manto celestial a la chusma.

Pasen para que nos engañen con el sebo de la democracia, su democracia liberal, que es simplemente la quimera de la libertad.

Saludos, Skatito

martes, 3 de marzo de 2009

¿Otro Mundo es Posible?


Otro mundo es posible, esta es la consigna del Foro Social Mundial que lleva ocho jornadas durante la última década, la última del 2008 fue realizada en Belem do Pará, en la Amazonía brasileña. Participaron cerca de mil 970 representantes de 85 pueblos indígenas diferentes. Más de diez mil jóvenes poblaron el Campamento de la Juventud. No se trató de una actividad cualquiera. Es el pri
mer gran encuentro altermundialista después del estallido de la "gran crisis" del 2008, en un momento donde el fracaso del neoliberalismo y el carácter destructivo del capitalismo global se manifiestan con toda su crudeza. La Amazonia brasileña fue, además, un lugar privilegiado para denunciar la ligazón entre la crisis social y la ecológica (Ramis, A. 2008 online)

Para contextualizar brevemente, el Foro Social Mundial es el principal foco de actividad antisistémica, un punto de convergencia contra el capitalismo y su fase neoliberal. El FSM aglutina más de mil organizaciones transnacionales, regionales, nacionales y locales que comparten básicamente el hecho de estar en activa oposición al neoliberalismo y al espíritu de Davos. Sin embargo, no existe en el FSM una estructura jerárquica ni ninguna intención de formar una, además reúne organizaciones de todos los sectores históricos de la izquierda mundial: Viejos partidos de izquierda y cooperativas, movimientos sociales de la nueva izquierda, movimientos de derechos humanos, movimientos indigenistas y muchos otros. Articula a estos movimientos sobre la base de la tolerancia mutua, de la necesidad de aprender de los otros, de la importancia de compartir experiencias y desarrollar estrategias comunes.

Podemos encontrar entre los orígenes de este Foro Planetario las teorías del sociólogo Inmanuel Wallerstein sobre el sistema- mundo capitalista, una clara herencia de Marx, que a grosso modo busca la comprensión de los procesos que determinaron como la economía capitalista europea del siglo XVI logró expandirse e integrar a las otras economías-mundo hasta constituirse en el actual sistema-mundo con las consiguientes lógicas de centro- periferia. La economía-mundo capitalista se basa en la dominación económica. Engloba a muchos estados y dispone de un proceso interno de estabilización económica. Las diferentes entidades políticas dentro de la EMC absorben cualquier pérdida que ocurra y el beneficio económico pasa al sector privado.

La presente edición del foro se plasmó paralelo a la junta más grande de los capitalistas del mundo ejecutada en Davos (Suiza) una ciudad global donde se ponen de acuerdo sobre el destino del Mundo económico, es el punto en la Tierra donde se fortalece la dictadura del capital y la plusvalía, la explotación de los trabajadores y la hegemonía de la burguesía. Curiosamente, ambos eventos manosearon el tema económico en boga, la crisis Mundial, mientras unos pretendían salvarla; otros la veían como una oportunidad de acción y como una prueba real de la ineficacia del capitalismo.

El tema central de este año fue la crisis financiera. Se trató de la palabra más nombrada, la más invocada y la más denunciada. Los slogans en la marcha planteaban: "Que los patrones paguen la crisis", "No debemos pagar la crisis quienes no la hemos provocado". El gran consenso fue que la crisis dio la razón a las denuncias y advertencias que las organizaciones del FSM habían lanzado desde su inicio en Porto Alegre, en 2001. Oded Grajew, uno de los fundadores del Foro nos comentaba: "Nos decían que no tenían dinero. Pero la realidad es otra. Con la crisis financiera aparecieron trillones de dólares que podrían servir para combatir la pobreza, desarrollar alternativas energéticas y cuidar el medio ambiente, pero que se destinaron a salvar bancos y empresas automotrices." (Ramis, A. 2008 online)

La izquierda mundial ya tiene su espacio, al igual que la heterogeneidad de los pueblos, las culturas, las etnias; las contradicciones del capitalismo y sus cíclicos errores resaltan en cada instante, millones de trabajadores son despedidos, la pobreza aumenta, crece la desesperación. Lo importante es que aun existen esas personas que creen en otro mundo posible. El cuestionado FSM puede representar un paso, pero no necesariamente el único camino.

No obstante, hoy solo existe una realidad y eso es el capitalismo


Saludos


Skatito

lunes, 2 de marzo de 2009

Sobre el FSM...


Para extender la lectura.

Foro Social Mundial de Belén do Pará: La hora de las alternativas por Emir Sader

Es la oportunidad de que el Foro se recicle y se situe a la izquierda en la entrada del nuevo siglo. América Latina ha avanzado significativamente en esta dirección.

El Foro Social Mundial surgió como alternativa al Foro Económico de Davos, en el auge del neoliberalismo en el mundo. Primero hubo manifestaciones anti-Davos, en Suiza, hasta que los movimientos de resistencia al neoliberalismo – de acuerdo a la propuesta de Bernard Cassen - se propusieron organizar un Foro Social Mundial, antagónico al de Davos.

Porto Alegre fue elegida como sede, por estar en la periferia del capitalismo – víctima preferencial de las políticas neoliberales -, en América Latina – donde se desarrollaban luchas importantes de resistencia, como la de los zapatistas, del Movimiento de los Sin Tierra, de los movimientos indígenas en Bolivia y Ecuador, entre muchos otros –, en Brasil, por la importancia que la izquierda brasilera pasó a tener – con fuerzas como el PT, la CUT, el MST, entre otras – y en Porto Alegre, por las políticas de presupuesto participativo.

Los foros se caracterizaron por la afirmación de“Otro mundo es posible”, frente al intento del “pensamiento único”, del “Consenso de Washington” y del “fin de la Historia”, de que las alternativas políticas dejarían de tener vigencia frente a un modelo, que se pretendía inevitable, de “ajustes fiscales”. La adhesión de muchas fuerzas políticas – de derecha primero, después de nacionalistas y socialdemócratas – al mismo modelo, podría inducir a la confirmación de esa vía única.

El FSM se oponía frontalmente a esta interpretación reduccionista, proponiéndose agrupar a todas las fuerzas de oposición al neoliberalismo – cuya amplitud había sido confirmada por las manifestaciones contra la OMC, comenzando por Seattle y extendiéndose después por muchas otras ciudades -, intercambiar experiencias y coordinar sus luchas.

En una primera etapa, se trató de las luchas de resistencia a la “libre circulación del capital”, a la dictadura de la economía sobre la esfera social, al mundo unipolar imperial estadounidense, a la devastación ambiental, al monopolio privado de los medios – entre tantas otras luchas. Las movilizaciones contra la guerra de Irak fueron el punto más alto de esta etapa –aunque las ONGs, predominantes en la organización de los Foros se resistieran siempre a la inclusión del tema de la guerra y de la paz en la agenda principal de los encuentroS.

Las sucesivas crisis neoliberales – de la mexicana a la argentina, pasando por la asiática, por la rusa, por la brasilera – llevaron al agotamiento del modelo neoliberal y comenzaron a surgir gobiernos electos en esta ola – comenzando por el de Hugo Chávez, en 1988, seguido por una impresionante sucesión de presidentes latinoamericanos
- Lula, Kirchner, Tabaré, Evo, Rafael Correa, Fernando Lugo- que expresaban la disputa por la hegemonía, que pasaba acolocarse como central en la lucha contra el neoliberalismo.

Los Foros pasaron a tener que enfrentar nuevos dilemas: ¿que actitud tomar frente a esos gobiernos que pasaron a representar la avanzada en la lucha contra el neoliberalismo y por la construcción de alternativas a ese modelo? No estaban preparados, porque se habían organizado para la fase de resistencia, limitando su acción a una supuesta “sociedad civil”, excluyendo la esfera política – y, con ella, a los partidos, el Estado, los gobiernos, la estrategia. En ese marco, los Foros fueron girando en falso, dejando de ser el punto mas alto en la lucha antineoliberal, transferido para gobiernos de mayor o menor ruptura con ese modelo.

El próximo Foro, significativamente realizado en la América Latina – el eslabón mas débil en la cadena neoliberal – tiene la posibilidad de superar esa carencia y redefinir su esfera de actuación – tanto en relación a restablecer, de otra forma, las relaciones entre la esfera social y la política, única forma de disputar una nueva hegemonía, de luchar realmente por la construcción de “otro mundo posible”, como en la lucha contra las guerras imperiales estadounidenses. Su escenario latinoamericano favorece la fuerte marca continental que debe tener, con análisis y balance de los 10 años transcurridos desde la elección del primer gobierno alternativo en el continente.

Por eso, serán temas centrales en el Foro de Belén do Pará, una nueva arquitectura financiera mundial, la definición de plataformas post-neoliberales, la construcción de procesos de paz justos en los epicentros de la “guerra infinita” – Irak, Afganistán, Palestina, Colombia -, el avance en la organización de la prensa pública alternativa, los caminos de la lucha por un mundo multipolar – entre tantos otros. Es el momento de la construcción de alternativas concretas al neoliberalismo – a nivel mundial, regional y local. Es la oportunidad de que el Foro se recicle y se coloque a la altura del gran desafío de situarse a la izquierda en la entrada del nuevo siglo.América Latina ha avanzado significativamente en esta dirección. Resta al FSM aceptar el desafío y reinsertarse claramente en la construcción del “otro mundo posible”, que ya comenzó, en este lado del mundo, justamente donde el FSM eligió como su sede privilegiada

Fuente: Sader, Emir. Director del Laboratorio de Políticas Públicas y actual Secretario Ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). 25 de Diciembre de 2008. {online} www.cartamaior.com.br

sábado, 7 de febrero de 2009

Obama, Estados Unidos y el capitalismo humano


Hace casi 80 años el mundo entero se sumía en su mayor crisis económica, pero gracias a las teorías del profeta Keyness se superaba el crack del 29’ y con ello se iniciaba las épocas doradas del Estado en el siglo XX. En Estados Unidos por ejemplo se inauguraba la era Rosevelt, que como presidente daba al Estado todas las responsabilidades y protagonismo de la sociedad (Estado de Bienestar); luego en la década de los 70’ y los problemas petroleros anunciaban los nuevos rumbos del sistema capitalista, R. Reagan que asume en los 80’ sostiene que “el gobierno no es la solución si no el problema” con ello se elimina la regulación del sector privado y desplaza al Estado a un papel menos decisivo, recorta los impuestos y reduce los programas sociales, que a su entender estimulaban a la gente a vivir del dinero de las ayudas del Estado sin trabajar. Su revolución conservadora hace más ricos a los ricos, pero acentúa las desigualdades sociales dejando fuera del avance económico a las clases menos pudientes. Durante su administración la deuda pública alcanza su récord histórico (Muñoz, S. online), y hoy tenemos la inauguración de un nuevo periodo para la insignia del capitalismo, Estados Unidos junto al muy aclamado B. Obama presagian tiempos distintos a los últimos 30 años.
La Historia ha dado la razón a algunas predicciones o teorías. Marx planteó y afirmó que el capitalismo sufriría periódicas crisis causadas por las contradicciones internas de este sistema; el mercado la oferta, la demanda, el dinero, la pobreza, la especulación, el consumismo, etc. muestran la cara de la primera gran crisis del siglo. El imperio norteamericano y su nuevo presidente saludan al mundo con un discurso cercano al populismo: igualdad de oportunidades, clase, raza, etnia, edad, búsqueda de la paz, seguridad social, progreso, modernización, reafirmación de la economía y más.
Está claro, Obama y la otra cara del imperialismo yankee basado en el Partido Demócrata salvarán el desastre del capitalismo y volverán seguramente a las olvidadas prácticas del Estado desarrollista o de bienestar, invocarán a Keyness o al New Deal de Rosevelt, crearan nuevas obras públicas, puestos de trabajo, sistemas de jubilaciones, subsidios varios, salario mínimo, mejoras al sistema de salud, defenderán el bien público, etc., etc., etc.
Lo cierto es que sólo uno es el fin último: Salvar, defender y mantener el libre mercado. Ni por más reformas armoniosas que proclamen, ni el imperio ni sus líderes retorcerán los antiguos fierros del capitalismo, sería derribar la quebrantada economía-mundo, consecuencia que la burguesía planetaria no permitirá tan fácilmente. Lo que se viene es algo desconocido que solo deja ver una parte del rostro humano de la bestia amorfa del capitalismo.

¿Por qué aceptamos un sistema en el que tenemos las de perder? Estampida, Ska-P

Saludos

Skatito